Hundido en la costa meridional de Irlanda, a 10 millas de la costa. A las 2 y 11 de la tarde recibió el impacto de un torpedo alemán y dieciocho minutos después, se hundió. En su último viaje de Nueva York a Liverpool llevaba a bordo unos 2000 pasajeros, y 800 tripulantes.
Fue construido en los astilleros John Brown, Clide de Escocia. Se botó el 7 de junio de 1906, concluyendo el alistamiento el 7 de septiembre de 1907. Las características de barco eran las siguientes: Desplazaba 31.550 toneladas de arqueo bruto; la eslora era de 241m; manga 26,8m y un calado de 11 metros. Al momento de su botadura era junto con su gemelo el Mauretania el barco más grande del mundo. Fue diseñado para artillarse con doce cañones de 6 pulgadas.
La flota británica, que doblaba en número a la alemana, sometía a un duro bloqueo a Alemania en el mar del Norte. Para evitar las severas privaciones a las que estaba sujeta su población, Alemania adoptó una agresiva estrategia con la construcción y despliegue de submarinos (schrecklichkeit).
El capitán William Tumer:
Apodado Bowler Bill (Bill el Lanzador) iba a realizar su primer viaje al frente del Lusitania. Tenía largos años de experiencia en la misma ruta y provenía directamente del mando del buque gemelo Mauritania. En el arriesgado momento del ataque había abandonado el puente hasta que se divisó la estela del torpedo. Sobrevivió al hundimiento y aportó importante información para esclarecer los hechos.
El hundimiento (7 mayo 1915):
Los supervivientes declararon que se sintieron dos explosiones casi simultáneas, las que corresponden a los torpedos y luego, también muy próxima, una tercera mucho más fuerte, que provocó la muerte de un centenar de pasajeros, y que sin duda fue la explosión del cargamento de explosivos que el barco llevaba; ya que los torpedos impactaron justamente en ese compartimento. Esta explosión interna determinó que el casco se desfondara y que los compartimentos estancos no resistieran a la presión.
Las víctimas:
Hubo un total de 1198 víctimas, 124 de las cuales eran norteamericanas. Murieron 785 pasajeros (entre ellos 291 mujeres y 94 niños) y 413 tripulantes.
Consecuencias en EE.UU.:
Woodrow Wilson había ganado las elecciones con la promesa de librar a los EE.UU. de su implicación en la guerra europea. Una gran mayoría de la población norteamericana era partidaria de mantenerse al margen. Tras la pérdida de las vidas de 114 de los 118 norteamericanos embarcados la situación cambió considerablemente y se produjeron abundantes manifestaciones a favor de la intervención.
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